Español: La obra representa a Jesucristo siendo azotado y coronado con una corona de espinas. Dentro de los encargos realizados por Correa para el antiguo monasterio de padres bernardos de San Martín de Valdeiglesias, se halla un grupo de tres tablas con escenas relativas al ciclo de la pasión de Cristo, realizadas en composiciones circulares que, por sus grandes similitudes estilísticas, debieron pertenecer probablemente a un mismo conjunto. Estas tres tablas representan tres historias sucesivas: Pilatos lavándose las manos (P00668), la Coronación de espinas y un Ecce Homo (P00670). El episodio plasmado en esta tabla sigue principalmente las narraciones de los evangelios canónicos y también lo recogen los evangelios apócrifos. En el interior del pretorio, del que sólo se vislumbra al fondo un pilar y un arco, destaca en el centro la figura de Cristo, sedente sobre un banco a modo de trono, maniatado, despojado de sus vestiduras y con el torso desnudo, parcialmente cubierto por el manto con el que quisieron ridiculizarle como rey, aunque en esta ocasión es de color verde en lugar de púrpura, como correspondería según los relatos evangélicos. Cristo ofrece igual fisonomía que en la tabla anterior y en esta ocasión dirige su mirada directamente al espectador, a fin de despertar en el fiel su devoción y piedad. Jesús constituye el eje compositivo en torno al cual se disponen tres verdugos. Dos de ellos, con expresión sádica, le increpan y le clavan la corona de espinas con las cañas, cruzadas, que portan en sus manos; uno lleva coraza ocre, el otro, con la rodilla apoyada en el banco, viste camisa blanca, jubón verde y calzas acuchilladas, rojas, a la usanza de la época de Correa. En primer término otro sayón, destocado de su sombrero, se postra ante Cristo en posición burlesca y le golpea con la caña que le habían dado por cetro. Salvo en la figura de Cristo, la indumentaria de los personajes se ajusta, por lo general, a la moda de la primera mitad del siglo XVI. La Coronación de espinas de San Martín de Valdeiglesias recuerda a la tabla que con este mismo tema, atribuida a Juan de Borgoña y su taller, constituía un retablo de estación en el claustro del desaparecido convento toledano de San Juan de la Penitencia, en este caso con mayor presencia de personajes (Texto extractado de Cortes Hernández, S.; Ocaña Rodríguez, E. en: Juan Correa de Vivar, c. 1510-1566. Maestro del Renacimiento español, 2010).